13-14-15 de noviembre de 2025
Atención Primaria.
Picor generalizado.
Enfoque individual
Paciente hombre de 58 años con cirrosis hepática por hepatitis C en tratamiento con tenofovir, consulta por prurito generalizado predominante en extremidades y espalda desde hace 6 meses, empeorando por las noches. Niega fiebre, pérdida de peso significativa o alteraciones neurológicas. Refiere episodios de coluria y acolia ocasional. Antecedentes personales: HTA y DM tipo 2.
No alergias conocidas ni contacto con sustancias irritantes. Consumo de alcohol suspendido desde el diagnóstico.
Pruebas complementarias: analítica sanguina: Hb 12,5 g/dl, leucocitos 6,500/µl, plaquetas 110,000 /µl. Bilirrubinas totales 2,1 mg/dL (directa 1,5 mg/dl), AST 58 U/L, ALT 45 U/L, FA 320 U/L, GGT 180 U/L, albúmina 3,2 g/dl. INR 1,5. Ecografía: Cirrosis con signos de hipertensión portal.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Prurito asociado a colestasis intrahepática por cirrosis.
Tratamiento y planes de actuación
Ha estado en tratamiento con dexclorfeniramina y hidroxizina dihidrocloruro sin mejoría significativa. Se pauta colestiramina 4 g cada 8 h, sin ser efectivo y se pasó a rifampicina 150 mg cada 12 h sin cambios significativos. Finalmente, tras la pauta de sertralina, el paciente nota mejoría sintomatológica, incluso desapareciendo sóntomas.
Evolución
El paciente tras varios intentos con distinta mediación, mejoró signficativamente en un periodo de dos semanas, pudiendo realizar sus labores de vida diaria sin las molestias.
El prurito en pacientes con hepatopatía crónica representa un desafío terapéutico, especialmente en casos refractarios. Los ISRSS, como la sertralina, han demostrado ser una opción prometedora debido a su acción sobre la modulación central del prurito. Su uso en este contexto representa un avance en el tratamiento, proporcionando alivio sintomático y mejorando la calidad de vida de los pacientes.